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Fue en junio de 1949, con la película 'Camino de Santa Fe', en medio de los años mas grises de la Posguerra, cuando llegó la fábrica de quimeras a Frailes. Lejos quedaba ya el día en que los hermanos Lumière presentaron, ante el asombro de todos, aquel artilugio que habían inventado, el cinematógrafo, que tantos sueños ha hecho vivir a la humanidad. Fue gracias a la familia Murcia, mérito total y absoluto de ellos, no sólo el haber construido el cine, sino también el haberlo mantenido y conservado intacto para las generaciones venideras. Es el Cinema España, un cine-teatro que en su interior guarda un gran tesoro. Tesoro material en tanto que su decoración y mobiliario son los originales, hecho todo de modo artesanal, de otro es un tesoro espiritual, pues a lo largo del tiempo muchos fraileros se han emocionado y muchos enamorado entre sus paredes.

Situado en la calle Mesón, llamada así porque en ella se encontraba la posada de la localidad allá por el siglo XIX, la construcción es una sobria fachada de dos plantas con tres cuerpos diferenciados.

En el primer cuerpo se encuentra la entrada principal en la que se exhibían las carteleras o fotogramas de la película que se proyectaba. Aquí se encuentran también las taquillas, dos ventanillas revestidas de mármol artificial, llamado 'nigarol' rojo, cubiertas con madera. En la segunda planta un gran ventanal que corresponde al salón del anfiteatro y 'gallinero'. El cuerpo central está formado por dos puertas que corresponden a la salida de la sala principal y, en el segundo piso, dos celosías de inspiración mudéjar.

Cinema España | Fachada

Fachada

Cinema España | Letrero

Letrero

Cinema España | Cartel de 'El último cuplé'

Cartel de 'El último cuplé'

La peculiaridad está en el letrero en listones de madera en el que se puede leer 'CINEMA ESPAÑA' y dos farolas para iluminarlo con la peculiar estética de la época. El tercero de los cuerpos es el más pequeño, encontrando en la parte baja una vieja puerta de madera que da acceso al grupo electrógeno de emergencia cuando fallaba la corriente eléctrica, cosa que acontecía con frecuencia. En el piso alto de este cuerpo, hay un pequeño balcón que se corresponde con la cabina de proyección.

El acceso al interior se produce a través del ambigú, bar en donde se servían bebidas y refrescos, además de pipas, rosetas, garbanzos 'tostaos' y avellanas, caramelos y chupa-chups.

En la sala de butacas llama la atención la embocadura del escenario, con motivos geométricos de inspiración arabesca. El telón, pintado a mano, conserva las firmas de artistas que pasaron por esta sala.

El aforo es de unas trescientas personas, repartidas entre el 'gallinero', el anfiteatro y la sala principal, en la que había butacas y sillas.

Cinema España | Ambigú

Ambigú

Cinema España | Sala principal

Sala principal

Cinema España | Anfiteatro

Anfiteatro

Pero la joya del cine es la cabina, a la que se accede por la sala de montaje. Es una habitación, decorada con bobinas para montar las cintas, en la que la estrella es la 'Gaumont', vieja máquina con cien años de antigüedad en la que dos electrodos proporcionan el haz de luz necesario para ver las imágenes.

Cinema España | Cabina de proyección

Cabina de proyección

Cinema España | Detalle maquinaria

Detalle maquinaria

Cinema España | Papel última película 'La mujer es un buen negocio'

Papel última película

El ocaso llegó en los años ochenta del siglo XX, cuando la televisión se instaló en todos los hogares de Frailes, pero mientras haya gente como la familia Murcia, que ame el espectáculo y el cine como rito telúrico y como expresión del universo, los espacios de sueños, los cines de cualquier lugar del mundo no echarán el telón, sino que estarán en un dulce letargo a la espera de nuevos horizontes de grandeza, de nuevos foragidos de leyenda, de nuevos buenos, feos y malos que vengan a inspirarnos la vida en cinemascope para siempre.