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Visitar cementerios puede parecer un programa poco seductor, sin embargo, el mundo está lleno de cementerios fascinantes donde se encuentran historias románticas y la última morada de personajes famosos, además de ser el lugar elegido para conseguir fotos de estatuas y arquitecturas de otro mundo, lo que ocurre si hay atrevimiento a coger una cámara y recorrer las sendas del camposanto frailero.

Todas las ciudades del mundo esconden en sus cementerios un fragmento de su historia. Sobre sus tumbas se pueden descubrir personajes ilustres, historias legendarias, leyendas olvidadas y un trozo de un pasado que se ve a través de los monumentos y esculturas. Visitar un cementerio puede dar una grata sorpresa, aunque esto resulte casi imposible.

Cementerio | Vistas Aéreas

Vistas

Cementerio | Vistas Aéreas

Vistas

Cementerio | Interior

Interior

Cementerio | Tanatorio

Tanatorio

El lugar en donde se encuentra el actual cementerio fue el elegido en el siglo XIX, aunque estuvo en las inmediaciones de la iglesia. Por motivos de higiene y amplitud se plantea llevárselo a otro lugar, pensándose en la Dehesilla por ser un lugar ventilado y de fácil acceso, además de ser un majestuoso paraje desde el que se contemplan unas sublimes vistas del caserío.

En 1931, se amplía y toma el aspecto que tiene actualmente, librándose 3.000 pesetas para arreglos en él. Los cementerios no serán municipalizados hasta la II República, aunque sean construidos por los ayuntamientos y éstos corran con todos los gastos inherentes a su conservación y mejora.

Cementerio | Entrada | Frailes

Si exceptuamos la lápida que se encuentra a la entrada, que fue traída desde el cementerio antiguo y que es de un cura muerto en el siglo XIX, no encontramos muy antiguas.

La portada no presenta nada que reseñar, simple y sencilla en cal blanca, centrada por un portón de hierro con sendas ventanas a los lados, una de las cuales pertenecía a la sala de autopsias y la otra a una pequeña capilla en cuyo frontal se encuentra una pequeña hornacina.

Tras franquear el pabellón de entrada hay una hornacina. El patio principal en pendiente y dividido por un camino de cipreses, es símbolo de la generación, de la muerte y del alma, pero, sobre todo, en su calidad de árbol perenne, siempre verde, perfumado, de madera incorruptible como la del cedro, ha tomado una significación funeraria.

Es por ello que se encuentra, generalmente, en los cementerios, además de por su follaje oscuro y por su tronco, que, si se corta, jamás vuelve a crecer. En la simbología del cristianismo significa también la angustia, la inmortalidad o la mansedumbre, y sus raíces no se expanden, sino que penetran hacia abajo sin estropear las tumbas.

En el interior destaca el panteón que se construyera para acoger los restos del Deán de la Catedral de Madrid en estilo neogótico, que presenta una simbología de inmortalidad en las hojas de muérdago que decoran el remate de su fachada. Un Cristo preside el panteón, en el que juega un papel importante la luz que se filtra por los ventanales.

Otros panteones, pero de menor interés arquitectónico, se encuentran salteados en el camposanto. Se trata de la última morada de las familias de la localidad, como los Medinas, Valverdes o Castros y tumbas de mármol y granito que conservan los restos mortales de los personajes que hicieron o protagonizaron la pequeña gran historia de Frailes.

Así, llama la atención una caseta de aspecto humilde que alberga la tumba del hijo de Custodio Pérez Aranda, el más conocido de los taumaturgos de la Sierra Sur. Unas escaleras nos conducen a otro patio que se construyó tras la Guerra Civil para albergar a los no católicos, espiritistas o suicidas, diciéndose que en él se enterró al maqui Hojarasquilla. Se unió por necesidades de crecimiento.

En 1993 se produce una ampliación en la que se prevén dos zonas, una de nichos y otra de tumbas, y en el 2011 se construye el tanatorio.

Cementerio | Panteón | Frailes