La conocida popularmente como Plaza de los Toros es en realidad, según el callejero, la calle Santo Rostro. Su nombre se lo dio el pueblo al ver las ganaderías de toros bravos que atravesaban la calle en su trashumancia en busca de pactos en Sierra Morena o Sierra Nevada.
De entre ellas, la más popular era la ganadería de 'Pelayo', cuyos toros atravesaban por la calle Santo Rostro para alcanzar la Colada del Calvario.
Los niños corrían a refugiarse en las casas con el sonido anunciador del cencerro y, con miedo e incredulidad, miraban con asombro el paso ligero de los animales por las calles de Frailes.
Más que plaza, en realidad es un ensanchamiento o compás en la calle Santo Rostro.
En estos días, los vecinos se afanan en adornar la calle con primor y se ha convertido en uno de los rincones más típicos por sus macetas, su agua y su mirador a La Vega.